"La vida auténtica", de Erich Fromm. Parte 1: Historia de la alienación en el S. XIX Vs. la del S.XX

El origen de la alienación humana suele partir de los mundos artificiales que proporcionan la industria y el entretenimiento. Estos elementos otorgan más rápidamente una cierta “satisfacción” instantánea que nos aleja de lo que es producido por nuestro propio impulso y que por tanto no sería alienante. ¿Cuándo lo real es lo escenificado por qué buscar una vida auténtica? Entonces sólo la insatisfacción o el sufrimiento nos recuerdan que hay algo que no es sano en el camino que llevamos en la vida.
En el siglo XIX los problemas a grandes rasgos los siguientes:
El autoritarismo. Niños, mujeres, obreros,… debían obedecer a la autoridad sin el menor cuestionamiento ya que la desobediencia se consideraba pecaminosa.
La explotación. Hoy puede parecer sorprendente pero los respetados caballeros y señoras participaban en el tráfico de esclavos.
La desigualdad entre sexos y razas. Fundamentada por la convicción de que provenía de la palabra de Dios.
El acaparamiento: El ahorro fue la gran virtud del s.XIX. Para enriquecerse, contrariamente a lo que sucede en la actualidad, había que evitar gastar y buscar acumular.
El individualismo egocéntrico: representado por la frase “mi casa es mi castillo”.
En cuanto al viejo concepto de autoridad éste ha desaparecido de los Estados Unidos. Actualmente lo nuevo es lo mejor y como lo nuevo suele ir ligado a lo joven no es necesario un referente autoritario incuestionable.
La autoridad puede clasificarse en irracional y racional. La primera se basa en el miedo y la presión gracias a la sumisión emocional de la parte sometida. La segunda se basa en la aptitud y el conocimiento. Es el reconocimiento realista de la valía de un individuo para una determinada labor.
También podemos establecer la diferencia entre autoridad declarada, que podría representarse por la frase “No hagas eso. Si lo haces ya sabes lo que ocurrirá”, y la autoridad anónima que tendría su análogo en “Estoy segura de que no quieres hacer eso”. Mientras que la autoridad declarada es combatible ya que sabemos a lo que nos enfrentamos, la anónima es casi imbatible. Es como si nos disparan en una emboscada, sólo podemos ser víctimas y no es posible localizar al enemigo. La autoridad del s. XIX era declarada y la del s. XX ha sido anónima. Si desarrollamos nuestro propio pensamiento individual nos obligamos a separarnos de los demás. Aquí llega el momento en que la autoridad anónima aparece para recordarnos que vamos fuera del rebaño y presionarnos para que no nos separemos.
En cuanto a la explotación hoy en día es el individuo el que se ha convertido en su propio explotador ya que utiliza sus recursos humanos para fines que no tienen que ver intrínsecamente con lo que es él. Una señal de esto es que nos esforzamos por ahorrar tiempo pero luego no sabemos qué hacer con el tiempo que hemos ahorrado.
En el tema del acaparamiento la situación ha cambiado. La economía actual funciona mediante la base del consumo, no como la del XIX que lo hacía mediante el ahorro. Así pues el consumo es considerado socialmente como una gran virtud. El problema básico del consumo es que nos deja insatisfechos ya que nuestra actitud respecto a él es improductiva.

1 comentarios:

selim sivad dijo...

Hola amig@quisiera saber qué dice Fromm con respecto a la comunicación auténtica, no he podido dar con este libro aun. Gracias.

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