"Las cadenas de la ilusión", de Erich Fromm: Orígenes biográficos e intelectuales del autor.

Las cadenas de la ilusión de Erich Fromm
(Paidos Ibérica, 2008)
Erich Fromm busca en este libro trazar y delimitar los parámetros de las ideas que han guiado su trabajo, y por ende su vida.
El comienzo se sitúa irremediablemente en los orígenes biográficos: “un padre angustiado y taciturno y una madre predispuesta a depresiones”. Al poco llega a la siguiente etapa de la vida que también marca, la adolescencia. En aquella época (doce años) fue importante el haber conocido a una hermosa y joven pintora de veinticinco años (recordemos la “debilidad” de Fromm en su época adulta por las mujeres de más edad que él mismo pudo comprobar al psicoanalizarse y comprobar que se trataba de proyecciones de una imagen materna única). Esta joven artista estaba comprometida en matrimonio pero había roto el compromiso y siempre estaba acompañada de su viejo padre viudo. Después de que murió su padre ella se suicidó y pidió ser enterrada junto a él. Esto conmovió a Fromm fuertemente porque se había sentido muy atraído por la joven (al tiempo que sentía aversión por el padre). Esta situación hacía retumbar en su cabeza el “¿cómo es posible?”. Aunque no pudo contestar el “cómo” se le quedó grabado.
Pese a terminar siendo ateo la Biblia también ejerció una intensa influencia, especialmente en su faceta de expresión humanista. Se le quedó “el conocimiento del Señor llenará la tierra, como las aguas llenan el mar.” Esta visión de paz universal y armonía le conmovió fuertemente cuando tenía doce o trece años. Tenía la necesidad de trascender el aislamiento emocional de un muchacho solitario y mimado así que nada mejor que la visión profética de paz y hermandad universales. De forma pareja, aunque no idéntica, se puede encontrar una imagen similar en “Inmortal Beloved”. La escena final que ambienta el “Himno de la alegría” describe esta música por la necesidad de concordia universal que tiene ahí el personaje de Beethoven. Aunque la diferencia fundamental está en que el problema del personaje no es sólo el aislamiento, sino el enfrentamiento al que se ve abocado constantemente con el reto de la humanidad que siempre lo importuna de una u otra manera.
La guerra mundial (1914) fue otro hecho decisivo. Por entonces su maestro de latín decía: “Si quieres paz prepárate para le guerra.” Así que cuando empezó la guerra el maestro estaba entusiasmado, cosa que al adolescente Fromm no le pareció muy pacífica. Este hecho fue otro detalle más que siguió abriendo la brecha de sus inquietudes sobre lo que luego cuajaría en el tema de la destructividad. Sucesos como estos hicieron que para cuando la guerra terminó Fromm fuese una persona profundamente preocupada, con la pregunta de cómo era posible la guerra, con el deseo de comprender la irracionalidad humana y con un deseo apasionado de paz. Además desconfiaba de todas las ideologías y declaraciones oficiales, y estaba imbuido de la convicción de que “hay que dudar de todo”.

2 comentarios:

Wild Ceci dijo...

Me encanta Fromm., exceptuando algunos pensamientos propios, supongo de la época, es uno de los psicólogos, qué más hondo me llega y más me motiva a seguir adelante...

Gracias por la recomendación

. dijo...

Hola Ceci.

Fromm criticó mucho a otros pensadores (Freud, por ejemplo) por justificar encubiertamente los valores que la sociedad del momento predicaba. Entonces, para conseguir mayor perspectiva, la interpretación antropológica se hace fundamental. Fromm buscó apoyarse también en ella para buscar confirmación a sus teorías.

En cualquier caso todos somos hijos de nuestro tiempo. Es complicado trascender estos límites. Además todo conocimiento implica una hermenéutica. No existe el conoicimiento en sí.

Saludos.

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