Esperaba encontrar varias respuestas en este libro y, además de que ha sido un buen comienzo para indagar en estos temas, de paso sirve para volver a recordar la insuficiencia del conocimiento científico en cuanto a capacidad de comprensión de lo que es la realidad humana. El tema tratado en el libro de cómo se desarrolla la persona en los primeros años de vida me parece primordial. Obviamente se hace necesario para comprender el proceso en sí (y todo lo que conlleva), pero también para entender el resultado del proceso, es decir, nosotros mismos. Si la historia es necesaria (entre otras cosas) para comprender lo que somos hoy en día como fruto de lo anteriormente sucedido, el individuo se conoce también comprendiendo su infancia.
Aunque el título real del libro sea “Hijos mejores (guía para una educación inteligente)” no he podido resistirme a intercalar el “científicamente” en el medio para titular este artículo. A mi modo de ver me parece más preciso para hacer referencia al contenido del libro. ¿Cuál es el motivo de esta denominación? Una percepción de la realidad que, aunque cierta, es fragmentada.
Los científicos suelen empeñarse en comprender las cosas casi exclusivamente desde su punto de vista, el problema es que la realidad es multidisciplinar. Dicho más claramente, un científico vería un cuadrado donde en realidad existe un cubo. Lo podrá estudiar concienzudamente pero nunca terminará de comprender que el cuadrado tiene más dimensiones que son inabarcables desde su paradigma y que precisan ser atacadas desde otras disciplinas para poder analizar todas las caras y comprender verdaderamente en qué consiste ese cubo. El científico no sólo se suele conformar con estudiar el lado del cubo sino que además habitualmente maximiza este plano y lo hace universal hasta el punto de pensar (e intentar hacernos pensar) que el cubo está constituido únicamente por su lado. Obviamente con estas perspectivas la habitual insensibilidad científica termina derivando en disparates motivados preferentemente por generalizaciones de hechos aislados.
¿Qué sucede cuando sólo usamos la ciencia para comprender la realidad? Sucede lo mismo que si sólo utilizamos la inteligencia para hacer razonamientos, corremos el riesgo de llegar a conclusiones erróneas. El razonamiento de un paranoico podría ilustrar este aspecto, ya que un paranoico puede llegar a conclusiones disparatadas que son absolutamente coherentes. ¿Qué le falta entonces a un paranoico para no vivir en la mentira? Paradójicamente le falta razón. Pero razón entendida como la capacidad humana de penetrar en la realidad de las cosas, no como la capacidad de resolver problemas lógicos de adaptación a una situación de una forma más o menos acertada (que es el vicio común de los test psicológicos en la actualidad). El problema es “viciarse” con los datos y las teorías que se cimentarán en ellos. Los datos son tentadores, nos hacen parecer que la realidad es segura, cuantificable, demostrable,… pero sólo sirven secundariamente. La verdadera comprensión se hace por la razón ya mencionada que no ofrece la aparente seguridad de los datos científicos (seguridad por otra parte cuestionable) pero sí comprende el hecho educativo desde la raíz y no desde la periferia como hace el comportamiento científico.
Aunque también hay bastantes aciertos lo que he mencionado anteriormente constituye el eje fundamental de los errores del libro, que pretende extender el conocimiento científico para intentar fundamentar hechos que no son comprensibles exclusivamente desde la ciencia. Como ya he explicado atacando la realidad de esta forma sólo podemos llegar a conclusiones sesgadas o absurdas. Desde la visión exclusivamente científica de la educación del ser humano fácilmente se podría derivar una justificación de un sistema educativo al estilo del mundo feliz de Huxley. Es obvio que el disparate es similar al del razonamiento del paranoico anteriormente citado.
Aunque el título real del libro sea “Hijos mejores (guía para una educación inteligente)” no he podido resistirme a intercalar el “científicamente” en el medio para titular este artículo. A mi modo de ver me parece más preciso para hacer referencia al contenido del libro. ¿Cuál es el motivo de esta denominación? Una percepción de la realidad que, aunque cierta, es fragmentada.
Los científicos suelen empeñarse en comprender las cosas casi exclusivamente desde su punto de vista, el problema es que la realidad es multidisciplinar. Dicho más claramente, un científico vería un cuadrado donde en realidad existe un cubo. Lo podrá estudiar concienzudamente pero nunca terminará de comprender que el cuadrado tiene más dimensiones que son inabarcables desde su paradigma y que precisan ser atacadas desde otras disciplinas para poder analizar todas las caras y comprender verdaderamente en qué consiste ese cubo. El científico no sólo se suele conformar con estudiar el lado del cubo sino que además habitualmente maximiza este plano y lo hace universal hasta el punto de pensar (e intentar hacernos pensar) que el cubo está constituido únicamente por su lado. Obviamente con estas perspectivas la habitual insensibilidad científica termina derivando en disparates motivados preferentemente por generalizaciones de hechos aislados.
¿Qué sucede cuando sólo usamos la ciencia para comprender la realidad? Sucede lo mismo que si sólo utilizamos la inteligencia para hacer razonamientos, corremos el riesgo de llegar a conclusiones erróneas. El razonamiento de un paranoico podría ilustrar este aspecto, ya que un paranoico puede llegar a conclusiones disparatadas que son absolutamente coherentes. ¿Qué le falta entonces a un paranoico para no vivir en la mentira? Paradójicamente le falta razón. Pero razón entendida como la capacidad humana de penetrar en la realidad de las cosas, no como la capacidad de resolver problemas lógicos de adaptación a una situación de una forma más o menos acertada (que es el vicio común de los test psicológicos en la actualidad). El problema es “viciarse” con los datos y las teorías que se cimentarán en ellos. Los datos son tentadores, nos hacen parecer que la realidad es segura, cuantificable, demostrable,… pero sólo sirven secundariamente. La verdadera comprensión se hace por la razón ya mencionada que no ofrece la aparente seguridad de los datos científicos (seguridad por otra parte cuestionable) pero sí comprende el hecho educativo desde la raíz y no desde la periferia como hace el comportamiento científico.
Aunque también hay bastantes aciertos lo que he mencionado anteriormente constituye el eje fundamental de los errores del libro, que pretende extender el conocimiento científico para intentar fundamentar hechos que no son comprensibles exclusivamente desde la ciencia. Como ya he explicado atacando la realidad de esta forma sólo podemos llegar a conclusiones sesgadas o absurdas. Desde la visión exclusivamente científica de la educación del ser humano fácilmente se podría derivar una justificación de un sistema educativo al estilo del mundo feliz de Huxley. Es obvio que el disparate es similar al del razonamiento del paranoico anteriormente citado.
6 comentarios:
El niño rubito de la portada del libro parece sacado de "Un mundo feliz". Si el objetivo que encubre el libro es similar a lo que representa el crío no tendremos un futuro muy esperanzador.
A mí también me parece que esta "estética" delata un orden de valores y un acomodamiento a los patrones de la sociedad.
Saludos
Comprender el hecho educativo desde la raiz y no desde la periferia como hace el comportamiento científico ( te parafraseo ) nos ha llevado a esta maravilla de educación que se está dando a fecha de hoy desde que los psicopedagogos y pedagogos nos ayudan a todos con su comprensión multidisciplinar de la persona.
Normalmente los que rechazan el conocimiento científico son aquellos que se dedican a vender humo con bonitas palabras pero sin el menor atisbo de racionalidad.
Como en todos los ordenes de la vida.
el equilibrio es lo mas importante, la educacion de un niño no depende de si estamos de un lado u otro en maneras de educar sino de que porcentaje de cada manera nos aporta lo mejor.
La idea de la comprension multidisciplinar de las cosas es interesante, pero lamentablemente ahi se acaba el interes de la critica. La critica no explica que hay de incompleto o erroneo en el enfoque, que otras disciplinas podrian aportar algo, o cuales son algunos de los "disparates" a los que se llega a partir de "generalizaciones de hechos aislados".
El conocimiento cientifico es incompleto, y cualquier cientifico medianamente decente lo reconocera. Lo bueno de la ciencia (a diferencia de, por ejemplo, la religion) es que no esta basada en dogmas inmutables: si se descubren nuevas dimensiones, los cientificos admitiran que el cuadrado es un cubo. Desgraciadamente, el escritor cae en el mismo vicio que denuncia, al hacer una generalizacion sin fundamentarla, i.e. al no decir exactamente donde esta el cuadrado que a el(la) le parece un cubo.
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